Enmarcado en la franja temporal de ‘Saints Row IV’, dentro de uno de sus “descansos”, nos topamos con una historia muy loca, como no podía ser de otra manera viniendo de Volition. Ante algo tan inocente como el cumpleaños de Kinzie se sucede una fiesta de pijamas con güija incluida. Y claro, algo terrible pasa, con El Presidente (el líder de los Saints) enviado a los infiernos y a Gat y a Kinzie tras él para traerlo de vuelta y que todo vuelva a la normalidad. Dentro de “la normalidad”.
Grosso Modo, ése es el arranque de ‘Saints Row: Gat Out of Hell’, la premisa que nos da para ponernos en faena de nuevo, en esta ocasión manejando a Gat o a Kinzie y con unos superpoderes heredados (con variantes) del ‘Saints Row IV’ a los que darles uso dentro del mismísimo Infierno. Un Infierno que se asemeja ligeramente a Steelport, pero con un cambio bastante mayor respecto a lo visto entre la tercera y cuarta entregas. Aquí no habrá una sensación de déjà vu tan marcada.
Aunque lo que empieza como una misión de rescate se torna muy pronto en otra cosa con más chicha, estando involucrados el todopoderoso Diablo y su hija. Ya os imagináis lo que puede suceder si anda Gat en medio… Y es que aquí ‘Saints Row’ sigue esbozándonos una sonrisa ante situaciones que nos desencajarán la mandíbula (de la risa o por sorpresa) a lo largo de su historia.
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